Cine y boxeo: El hedor que enamora

by - noviembre 09, 2024

El boxeo es un deporte que consiste, fundamentalmente, en llevar más allá de lo posible las capacidades físicas y mentales del ser humano. El boxeo consiste en acumular respeto a base de arrancárselo al contrario; no se trata de violencia y sólo violencia. Y el boxeo consiste en crear un universo dentro de un escenario construido sobre las miserias humanas y adornado con lujos que las esconden.

Como cualquier otro deporte, el boxeo esconde paradojas. Del mismo modo que en el judo hay que aprender a caer para vencer, en el boxeo hay que aprender que se puede golpear mientras retrocedes. Es curioso comprobar que en el deporte las cosas funcionan justo al revés de lo que creemos. Si un deporte ha proporcionado material de trabajo a guionistas, productores y realizadores del mundo del cine, ese ha sido el boxeo.

Estas tres películas (con las que no se aspira a dejar una lista de las mejores) pueden ser una buena referencia para aquellos que quieran indagar en el universo que se llena de cuadriláteros, guantes, trampas, sangre y vidas rotas. El boxeo apesta a cine, el boxeo apesta a humanidad. Por eso, muchos sienten una atracción incontrolable por él. Sin saberlo, el público que acude a un combate de boxeo lo hace creyendo que la fiereza del hombre les provoca cierta fascinación, cuando, en realidad, eso es lo más superficial de todo lo que se puede ver sobre un ring.

'Toro salvaje' (Martin Scorsese, 1980). Scorsese es un pegador nato. Desde el primer plano de sus películas lanza ganchos y directos al rostro de los espectadores. Rápidos y precisos. Demoledores. No hay preparación alguna, no deja unos minutos para estudiar el juego de piernas del que mira. La estrategia es clara: ser demoledor. Suena la campana (en cine se llama créditos) y el combate se convierte en una lucha sin cuartel. Los personajes aparecen con fuerza, los diálogos no buscan las cuerdas sino que profundizan en las psicologías y hacen avanzar la trama. No hay tregua para el espectador despistado. Después de cada asalto no hay rincón en el que tomar aire.

'Toro Salvaje' es una película que huele a boxeo. Pero no es una película sobre el boxeo. Cuenta la historia de Jake La Motta, de cómo triunfa y de cómo fracasa, de cómo el fracaso se puede maquillar con lo efímero del triunfo, de cómo el triunfo puede ser -al mismo tiempo- el mayor de los fracasos, de cómo el triunfo es -finalmente- una tortura insoportable. El tema que trata Scorsese (de forma magistral) no es el boxeo (ese es el vehículo necesario para llegar hasta donde quiere) es el fracaso. Porque todo en este mundo lo es. Pero la película es boxeo, sangre, golpes, dolor. Es evidente que las escenas que se muestran sobre el ring son boxeo, pero el resto (las que relatan el matrimonio de La Motta o la relación con el hermano) son tan brutales como lo es una paliza inmensa. Robert De Niro interpreta el papel de La Motta. Está estupendo. Además, (cosas de este actor) aparece gordo como un globo o en plena forma física sin caracterización alguna. Engordó para parecerse al verdadero La Motta y se pasó por el gimnasio para subir al ring siendo creíble al cien por cien. Joe Pesci y Cathy Moriarty, aunque más discretos, también sobresalen en sus interpretaciones. Cercano al expresionismo más brutal, el fotógrafo Chapman arranca hasta el último detalle en cada toma. El montaje termina haciendo de la película un combate de boxeo en sí mismo. Rupturas, elipsis, cierta brusquedad en el ritmo narrativo. Tal y como es una pelea entre doce cuerdas. Todo parece ser una sucesión de asaltos que provoca en el espectador la sensación de recibir golpes para los que, por inesperados, no tiene defensa alguna. La banda sonora es notable. Incluye el 'Intermezzo' de la 'Cavalleria Rusticana' de Mascagni y sólo por eso merece la pena ver la película.

'Million Dollar Baby' (Clint Eastwood, 2004). Eastwood prefiere un buen juego de piernas, estudiar al contrario (el espectador) y ganar los combates por K.O. Técnico. Construye sus películas con paciencia, con montajes lineales y fáciles de seguir, para asegurarse de que nadie se queda atrás. 'Million Dollar Baby' es una excelente película en la que la protagonista es boxeadora. Parece mentira que en un deporte, que siempre estuvo pegado al hombre, dé tanto de sí desde el lado femenino. Todo el metraje termina teñido de feminidad. Hasta la brutalidad de un golpe logra hacernos ver esa fragilidad tan propia del ser humano. El arco dramático de los personajes es inmenso e intenso. Vamos descubriendo a cada uno de ellos en sus facetas más íntimas, la trama ayuda a que su desnudez nos genere una empatía que muy pocas películas han conseguido. El trabajo de Eastwood es emocionante escapando de la lágrima fácil. Hilary Swank está estupenda y llena la pantalla de principio a fin. Eastwood y Morgan Freeman acompañan a la actriz aportando toda la luz posible. El guion se centra más en el éxito personal que en el deportivo, en esa zona escondida del mundo del boxeo que tiene que ver con el ser humano y su cosmos. La partitura es espléndida y supone un contrapunto magnífico que ayuda a convertir la violencia en un motivo de belleza. Parece imposible, pero se consigue.

'Marcado por el odio' (Robert Wise, 1956). El boxeo se ha ligado tradicionalmente a los bajos fondos, a las vidas rotas, a los chicos malos y a los que se aprovechan de ellos. A la zona más oscura del ser humano. Pero también a la redención a través del deporte. Es de esto de lo que habla esta película.

Paul Newman interpreta el papel de Rocky Graziano. Es una de sus mejores interpretaciones. Muy bien dirigido por Wise, resulta creíble y se aleja de un histrionismo al que invita un papel como este muy vigoroso y centrado en la personalidad del boxeador. Le acompaña una estupenda Pier Angeli que hace de esposa abnegada, frágil y modosa.

Uno frente a la otra provoca un contraste que arrastra la película hasta territorios que sacan del tópico una trama que hace aguas en algunos momentos por esa razón. Son esas interpretaciones tan estupendas y un montaje inteligente y eficaz lo que convierten el trabajo de Wise en algo grande.

'Marcado por el odio' es una película que retrata más que bien lo que fue el mundo del boxeo en el imaginario colectivo durante buena parte del siglo XX. El universo pugilístico se llena de golpes, de miserias, de trampas, de dolor, de fama pasajera. Se llena de ganchos y directos, de un buen juego de piernas, de pasión, de odios que te hacen perder la pelea. Por eso funciona tan bien en el cine; porque se parece mucho al resto de los universos. El mundo del boxeo desprende un hedor del que es muy difícil escapar.

G. Ramírez

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