Cine y boxeo: El hedor que enamora
El boxeo es un deporte que consiste, fundamentalmente, en llevar más allá de lo posible las capacidades físicas y mentales del ser humano. El boxeo consiste en acumular respeto a base de arrancárselo al contrario; no se trata de violencia y sólo violencia. Y el boxeo consiste en crear un universo dentro de un escenario construido sobre las miserias humanas y adornado con lujos que las esconden.
Como cualquier otro deporte, el
boxeo esconde paradojas. Del mismo modo que en el judo hay que aprender a caer
para vencer, en el boxeo hay que aprender que se puede golpear mientras
retrocedes. Es curioso comprobar que en el deporte las cosas funcionan justo al
revés de lo que creemos. Si un deporte ha proporcionado material de trabajo a
guionistas, productores y realizadores del mundo del cine, ese ha sido el
boxeo.
Estas tres películas (con las que
no se aspira a dejar una lista de las mejores) pueden ser una buena referencia
para aquellos que quieran indagar en el universo que se llena de cuadriláteros,
guantes, trampas, sangre y vidas rotas. El boxeo apesta a cine, el boxeo apesta
a humanidad. Por eso, muchos sienten una atracción incontrolable por él. Sin
saberlo, el público que acude a un combate de boxeo lo hace creyendo que la
fiereza del hombre les provoca cierta fascinación, cuando, en realidad, eso es
lo más superficial de todo lo que se puede ver sobre un ring.
'Toro salvaje' (Martin Scorsese,
1980). Scorsese es un pegador nato. Desde el primer plano de sus películas
lanza ganchos y directos al rostro de los espectadores. Rápidos y precisos.
Demoledores. No hay preparación alguna, no deja unos minutos para estudiar el
juego de piernas del que mira. La estrategia es clara: ser demoledor. Suena la
campana (en cine se llama créditos) y el combate se convierte en una lucha sin
cuartel. Los personajes aparecen con fuerza, los diálogos no buscan las cuerdas
sino que profundizan en las psicologías y hacen avanzar la trama. No hay tregua
para el espectador despistado. Después de cada asalto no hay rincón en el que tomar
aire.
'Toro Salvaje' es una película
que huele a boxeo. Pero no es una película sobre el boxeo. Cuenta la historia
de Jake La Motta, de cómo triunfa y de cómo fracasa, de cómo el fracaso se
puede maquillar con lo efímero del triunfo, de cómo el triunfo puede ser -al
mismo tiempo- el mayor de los fracasos, de cómo el triunfo es -finalmente- una
tortura insoportable. El tema que trata Scorsese (de forma magistral) no es el
boxeo (ese es el vehículo necesario para llegar hasta donde quiere) es el
fracaso. Porque todo en este mundo lo es. Pero la película es boxeo, sangre,
golpes, dolor. Es evidente que las escenas que se muestran sobre el ring son
boxeo, pero el resto (las que relatan el matrimonio de La Motta o la relación
con el hermano) son tan brutales como lo es una paliza inmensa. Robert De Niro
interpreta el papel de La Motta. Está estupendo. Además, (cosas de este actor)
aparece gordo como un globo o en plena forma física sin caracterización alguna.
Engordó para parecerse al verdadero La Motta y se pasó por el gimnasio para
subir al ring siendo creíble al cien por cien. Joe Pesci y Cathy Moriarty,
aunque más discretos, también sobresalen en sus interpretaciones. Cercano al
expresionismo más brutal, el fotógrafo Chapman arranca hasta el último detalle en
cada toma. El montaje termina haciendo de la película un combate de boxeo en sí
mismo. Rupturas, elipsis, cierta brusquedad en el ritmo narrativo. Tal y como
es una pelea entre doce cuerdas. Todo parece ser una sucesión de asaltos que
provoca en el espectador la sensación de recibir golpes para los que, por
inesperados, no tiene defensa alguna. La banda sonora es notable. Incluye el 'Intermezzo' de la 'Cavalleria Rusticana' de Mascagni y sólo por eso merece la
pena ver la película.
'Million Dollar Baby' (Clint
Eastwood, 2004). Eastwood prefiere un buen juego de piernas, estudiar al
contrario (el espectador) y ganar los combates por K.O. Técnico. Construye sus
películas con paciencia, con montajes lineales y fáciles de seguir, para
asegurarse de que nadie se queda atrás. 'Million Dollar Baby' es una excelente
película en la que la protagonista es boxeadora. Parece mentira que en un
deporte, que siempre estuvo pegado al hombre, dé tanto de sí desde el lado
femenino. Todo el metraje termina teñido de feminidad. Hasta la brutalidad de
un golpe logra hacernos ver esa fragilidad tan propia del ser humano. El arco
dramático de los personajes es inmenso e intenso. Vamos descubriendo a cada uno
de ellos en sus facetas más íntimas, la trama ayuda a que su desnudez nos
genere una empatía que muy pocas películas han conseguido. El trabajo de
Eastwood es emocionante escapando de la lágrima fácil. Hilary Swank está
estupenda y llena la pantalla de principio a fin. Eastwood y Morgan Freeman
acompañan a la actriz aportando toda la luz posible. El guion se centra más en
el éxito personal que en el deportivo, en esa zona escondida del mundo del
boxeo que tiene que ver con el ser humano y su cosmos. La partitura es
espléndida y supone un contrapunto magnífico que ayuda a convertir la violencia
en un motivo de belleza. Parece imposible, pero se consigue.
'Marcado por el odio' (Robert
Wise, 1956). El boxeo se ha ligado tradicionalmente a los bajos fondos, a las
vidas rotas, a los chicos malos y a los que se aprovechan de ellos. A la zona
más oscura del ser humano. Pero también a la redención a través del deporte. Es
de esto de lo que habla esta película.
Paul Newman interpreta el papel
de Rocky Graziano. Es una de sus mejores interpretaciones. Muy bien dirigido
por Wise, resulta creíble y se aleja de un histrionismo al que invita un papel
como este muy vigoroso y centrado en la personalidad del boxeador. Le acompaña
una estupenda Pier Angeli que hace de esposa abnegada, frágil y modosa.
Uno frente a la otra provoca un
contraste que arrastra la película hasta territorios que sacan del tópico una
trama que hace aguas en algunos momentos por esa razón. Son esas
interpretaciones tan estupendas y un montaje inteligente y eficaz lo que
convierten el trabajo de Wise en algo grande.
'Marcado por el odio' es una
película que retrata más que bien lo que fue el mundo del boxeo en el
imaginario colectivo durante buena parte del siglo XX. El universo pugilístico
se llena de golpes, de miserias, de trampas, de dolor, de fama pasajera. Se
llena de ganchos y directos, de un buen juego de piernas, de pasión, de odios
que te hacen perder la pelea. Por eso funciona tan bien en el cine; porque se
parece mucho al resto de los universos. El mundo del boxeo desprende un hedor
del que es muy difícil escapar.
G. Ramírez
0 comments