El cine de los años 80 no nos
dejó gran cosa. La estética, la forma de rodar, los mecanismos técnicos, nada
dejó gran cosa para la historia del cine. Lógicamente, algunas películas como 'Blade Runner' o 'El resplandor' son obras de arte, pero, en general, casi nada de
aquella época ha perdurado para convertirse en universal.
'Lunes tormentoso' ('Stormy monday', 1987)
tiene mucho de ese cine ochentero tan rancio pero, que al mismo tiempo, nos deja
cosas más que interesantes. Del mismo modo que la película está envejeciendo
mal o que el uso del travelling no se comprende del todo, Mike Figgis está muy
acertado al elegir su reparto y al mostrar y demostrar un enorme amor por el
jazz.
La música es la columna vertebral
de la película. Una banda llegada desde Cracovia que hace free-jazz, un club
que está en el centro de una operación inmobiliaria fraudulenta; una ciudad,
Newcastle, que parece moverse al ritmo de la partitura, un contrabajista
extraordinario (Sting, que interpreta el papel de dueño de ese club de jazz);
todo colocado para contar que el amor puede con todo, que los americanos
resuelven las cosas sin pizca de inteligencia y que la violencia reposa en
cualquier rincón de las ciudades... Aunque siempre nos quedará la música.
Los que se acerquen a la película
comprobarán que el jazz es algo muy amplio; les parecerá escuchar a un grupo de
músicos que van cada uno por su cuenta; les parecerá que el blues es la máxima
expresión de la melancolía; les parecerá que el swing es lo que puede mover el
universo colocando cada nota en el lugar preciso. La escena de la actuación de
la banda de Cracovia en el club y el solo de Sting, son fantásticos. 'Stormy
Monday' es eso.
Y este es el gran problema de la
película. El realizador se centra tanto en estos aspectos que termina por
olvidar lo fundamental. La dirección actoral no es de todo acertada, el guion
es muy simple y tiende a vaciarse por su falta de profundidad en los diálogos,
no se encuentran los mejores encuadres y la cosa queda simplona. Todo se
sostiene sobre las actuaciones de Melanie Griffith, Sting, Tommy Lee Jones y Sean
Bean. La señora Griffith, jovencísima y guapa hasta más no poder, defiende su
papel con fuerza. Sting está muy correcto. Tommy Lee Jones algo exagerado y
Bean algo soso. Pero son capaces de soportar el peso del desarrollo argumental.
¿Merece la pena echar un vistazo
a la película? Yo creo que sí. Aunque algunas escenas violentas no encajen del
todo bien, aunque ese toque de humor negro que quiere imprimir Figgis sea
difícil de descubrir, aunque los ralentís en la pantalla se nos queden
anticuados, la película se deja ver. Y, sobre todo, es una oportunidad
maravillosa para ver cine y disfrutar del jazz. No es poca cosa.
Nirek Sabal