‘In the Mood for Love’: La lírica y el cine son novios
El año 2000 se estrenaron en las salas de cine películas extraordinarias. Desde ‘Yi Yi’ hasta ‘Bailar en la oscuridad’ pasando por ‘Memento’. Sin embargo, es posible que la mejor de las películas que se estrenaron ese año fuera ‘In the Mood for Love’ del realizador Wong Kar-Wai, una historia de amor abrumadora por triste.
La mejor película del año 2000
fue, con casi total seguridad, 'Fa yeung nin wa' ('In the Mood for Love' ) y ese año
ese honor se disputó con fuerza. Wong Kar-Wai (Shanghai, 1958) realizaba una
cinta poética, profunda, delicada y, al mismo tiempo, salvaje en su
autenticidad. Era su séptima película y el guion era, también, cosa suya.
Lo que cuenta esta película es
una historia de amor. Pero se hace sin querer ir más allá de lo que acabaría
con la intimidad de los personajes. Por esa razón, en los momentos más intensos
que vive la pareja protagonista, la cámara siempre queda por detrás de una
verja, de un visillo o de algo que separa la acción de nuestra mirada.
Chu Mo-wan (personaje encarnado
por un espléndido Tony Leung Chiu-Wai) es redactor jefe de un periódico local
de Hong-Kong. Coincide con Su Li-zhen, una secretaria de una empresa dedicada
al transporte marítimo (¡qué buen trabajo de la actriz Maggie Cheung!) al
alquilar una habitación en un edificio de viviendas decadente. Sus respectivos
cónyuges terminan formando una pareja. Los protagonistas ya estaban muy solos y
terminan abandonados. Sin embargo, ambos tendrán remordimientos cuando se
acercan y comienzan a fijarse el uno en el otro, ambos tenderán a confundir la
realidad con lo que quisieran que estuviese ocurriendo.
La cámara del realizador busca
cualquier gesto que nos pueda decir algo que se encuentre más allá de lo que
vemos. Queda colocada debajo de una mesa o con el foco cegado parcialmente por
cualquier obstáculo. La mirada perdida, un ademán rabioso, la ocultación del
deseo tras el gesto contrario al que debería aparecer, son los detalles que se
buscan con el objetivo detallista y delicado de Wong Kar-Wai. La fotografía de
Christopher Doyle tiende al perfeccionismo, a lo fácil; busca la imagen
elegante y preciosista.
Es importante señalar que el montaje es atrevido y obliga al espectador a no perder la concentración puesto que ese montaje desvela cómo se produce la acción que se presenta fragmentada y sin una estructura espacio temporal lineal.
Y más importante es destacar una
banda sonora impresionante por estar elegida de forma primorosa. La partitura
original es cosa de Michael Galasso. Son 20 cortes y destacan el que se titula 'Cassanova’s Flaute' y el emotivo 'Li-zhen’s Dialogue'. Cuando suenan los temas
interpretados por Nat King Cole se produce un auténtico terremoto. El contraste
entre la moda o las costumbres asiáticas y la música occidental de los años 60
es brutal. Suenan 'Aquellos ojos verdes', 'Quizás, quizás, quizás' y 'Te quiero,
dijiste'. La acción dramática tiene lugar en Hong-Kong, Singapur y Camboya, en
1962, 1963 y 1966. Por ello, la elección de Galasso, además de ser perfecta
desde el punto de vista artístico, casa a la perfección con la narrativa de la
cinta.
El guion es escueto y no se
escribió. Tal vez, se echa en falta algo más de profundidad en algunos diálogos
que, aunque el realizador trata de compensar con música recurrente en algunos
casos, quedan algo deslavazados. Son pocos y no afectan de forma rotunda al
conjunto del trabajo.
'In the Mood for Love' se habla del
amor y del amor como barrera insuperable para amar, de lo que queda en el
camino y nunca podrá recuperarse, de lo que no se dijo y retumba en la
consciencia por siempre jamás. Pero también de la amistad, de la necesidad de
lo cotidiano para poder sobrevivir, de la elegancia frente al fracaso. Esta es
una de esas cintas en las que se demuestra que la lírica y el cine son novios y
lucen muy bonitos si se besan.
G. Ramírez
0 comments