‘Lunes Tormentoso’: El contrabajo de Sting y el free-jazz

by - abril 15, 2024

 


El cine de los años 80 no nos dejó gran cosa. La estética, la forma de rodar, los mecanismos técnicos, nada dejó gran cosa para la historia del cine. Lógicamente, algunas películas como 'Blade Runner' o 'El resplandor' son obras de arte, pero, en general, casi nada de aquella época ha perdurado para convertirse en universal.

'Lunes tormentoso' ('Stormy monday', 1987) tiene mucho de ese cine ochentero tan rancio pero, que al mismo tiempo, nos deja cosas más que interesantes. Del mismo modo que la película está envejeciendo mal o que el uso del travelling no se comprende del todo, Mike Figgis está muy acertado al elegir su reparto y al mostrar y demostrar un enorme amor por el jazz.

La música es la columna vertebral de la película. Una banda llegada desde Cracovia que hace free-jazz, un club que está en el centro de una operación inmobiliaria fraudulenta; una ciudad, Newcastle, que parece moverse al ritmo de la partitura, un contrabajista extraordinario (Sting, que interpreta el papel de dueño de ese club de jazz); todo colocado para contar que el amor puede con todo, que los americanos resuelven las cosas sin pizca de inteligencia y que la violencia reposa en cualquier rincón de las ciudades... Aunque siempre nos quedará la música.

Los que se acerquen a la película comprobarán que el jazz es algo muy amplio; les parecerá escuchar a un grupo de músicos que van cada uno por su cuenta; les parecerá que el blues es la máxima expresión de la melancolía; les parecerá que el swing es lo que puede mover el universo colocando cada nota en el lugar preciso. La escena de la actuación de la banda de Cracovia en el club y el solo de Sting, son fantásticos. 'Stormy Monday' es eso.

Y este es el gran problema de la película. El realizador se centra tanto en estos aspectos que termina por olvidar lo fundamental. La dirección actoral no es de todo acertada, el guion es muy simple y tiende a vaciarse por su falta de profundidad en los diálogos, no se encuentran los mejores encuadres y la cosa queda simplona. Todo se sostiene sobre las actuaciones de Melanie Griffith, Sting, Tommy Lee Jones y Sean Bean. La señora Griffith, jovencísima y guapa hasta más no poder, defiende su papel con fuerza. Sting está muy correcto. Tommy Lee Jones algo exagerado y Bean algo soso. Pero son capaces de soportar el peso del desarrollo argumental.

¿Merece la pena echar un vistazo a la película? Yo creo que sí. Aunque algunas escenas violentas no encajen del todo bien, aunque ese toque de humor negro que quiere imprimir Figgis sea difícil de descubrir, aunque los ralentís en la pantalla se nos queden anticuados, la película se deja ver. Y, sobre todo, es una oportunidad maravillosa para ver cine y disfrutar del jazz. No es poca cosa.

Nirek Sabal

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